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el año en que hablamos con el mar
andrés montero
Luego de largos viajes por el mundo y varias décadas fuera, un hombre regresa en avioneta a la isla donde nació. Una isla de la que nunca sabremos el nombre ni su ubicación exacta. Tan pequeña y aislada que no figura en los mapas. Lo que pretendía ser una visita temporal, se verá demorada por un “bicho” que repentinamente amenaza a la sociedad y está obligando a todos en el continente a encerrarse en sus casas. (nos suena un poco esto).
En esta isla se reencontrará con su hermano mellizo y reflotará un trasfondo tanto familiar como personal que lo harán entrar en profundas reflexiones sobre su lugar en el mundo. Pero esta no es sólo la historia de dos hermanos. Montero hace uso de sus excelentes dotes de narrador para volcarlos en la novela de una manera muy novedosa. En un claro mensaje sobre la importancia que este autor le otorga al arte del relato y la narración oral, la historia es narrada por toda una comunidad. Una voz colectiva que utilizará la curiosidad como recurso, y a los mellizos como excusa, para comenzar a reconstruir su propia historia: La historia de la isla.
Una conjunción entre la narración y la escritura (ya que uno de los hermanos es escritor, y el otro cuenta historias) e así iremos constantemente en este vaivén entre lo real y lo mítico, donde las leyendas hacen al inconsciente colectivo. Una campana hundida desde la época de la conquista. Un pacto con el diablo que pudiera ser lo que dió origen a todo. Un faro abandonado. Una taberna en un barco encallado que apareció luego de una tormenta, y será una de las locaciones principales donde los isleños se juntan a intercambiar sus historias y compartir sus penas y sus alegrías.
El resultado es un libro bellísimo, divido en cuatro capítulos que llevan el nombre de las estaciones del año en el que transcurre, repleto de pequeñas historias que hacen al todo, y que sin dudas calará en lo más profundo de nuestros corazones.

Andrés Montero es un escritor particular cuya voz comienza a tomar cierta familiaridad para sus lectores habituales. Un narrador oral que deja el alto la mismísima definición de relato, y que se mantiene siempre activo realizando nuevas producciones por lo que no sería para nada raro esperar pronto nuevas noticias literarias de este reconocido autor chileno.
Nació en Santiago de Chile en 1990. Fue director de la Escuela de Literatura y Oralidad Casa Contada y fundador de la Compañía de Cuentacuentos La Matrioska.
Autor de los libros Taguada, Tony ninguno y La muerte viene estilando. Además del libro de cuentos La inútil perfección y otros cuentos sepiosos. Y de las novelas juveniles Alguien toca la puerta, y En el horizonte se dibuja un barco. Ganador de varios premios de literatura en habla hispana.
Vale destacar que tanto la tapa de Tony ninguno, como de La muerte viene estilando, y ahora de El año en que hablamos con el mar, siendo Tony ninguno la única que varió en su edición en Argentina, contienen pinturas de un mismo artísta llamado Cristián Elizalde. No sería para nada disparatado pensar que aquí tenemos una intención del autor de mantener un relato y una correlación en sus propios libros a través de la estética de sus portadas.
Los libros Tony ninguno y La muerte viene estilando han formado parte de Manjar entregas. En sus nombres dejamos enlaces a sus respectivas entregas.

FOTOGRAFÍA(S)
El telar y la práctica del tejido en los pueblos mapuches forma parte de una tradición cultural y un patrimonio identitario. Esta práctica es llamada Witral. La noción del Witral se refiere al tejer y al tejido mismo como una sola acción. Decir Witral es decir unidad… es decir totalidad. Es decir interrelación.
La profundidad de expresión que tiene la confección de estas prendas para la cultura mapuche trasciende por completo el mero uso estético o funcional, ya que es mediante la utilización de los símbolos que se colocan en dichas prendas que el pueblo mapuche interpreta parte de lo que conocemos como su cosmovisión. Los íconos incorporados en estas prendas constituyen un lenguaje, un conjunto cuya lectura es materia que pocas personas dominan. Se interpretan como un todo y no como símbolos agregados, a la vez que cada uno obtiene un propio significado. Para comprender este significado y el sentido involucrado en los tejidos mapuche, es importante tener en cuenta la combinación de las formas, diseños, y coloridos que adoran las distintas prendas. Estas aluden a un modo de expresión propio y a la existencia de un lenguaje a través del cual se establece un diálogo entre sus creadoras y los miembros de la sociedad. Es decir que la mismísima prenda toma forma de comunicación y expresa la composición espiritual de cada individuo.
Cabe destacar la prudencia que requiere hablar sobre la simbología de los pueblos originarios al tratarse de una forma de arte y expresión milenaria a la cual podría dedicarsele toda una vida de estudio, y que lejos de ser simplemente un atractivo interesante en materia de investigación, constituye un verdadero patrimonio para estas comunidades.
Dicho esto, para esta entrega contamos con dos fotografías. Una de ellas es un conjunto de fajas. Estas son conocidas por el pueblo mapuche como Trarüwe. Siendo de los elementos más importantes de Witral, en donde se focaliza la mayor parte de la expresión y la cosmovisión de quien lo utiliza y confecciona. En la imagen, logramos apreciar varios símbolos. Entre ellos, destaca uno de los iconos centrales de la cultura mapuche, el Lukutuwe (del idioma mapuche mapuzungun: lugar donde se arrodilla).
Este último, para muchos historiadores representa una de las figuras más complejas, ya que puede encontrarse con pequeñas variaciones que alteran su significado y composición, y estás alteraciones incluso narran una historia. Sin embargo, hemos escogido compartir una de sus más famosas interpretaciones: La de un hombre/mujer (ya que se la considera una figura asexuada) arrodillada rezando, durante la pelea de las dos serpientes que dan origen al mito del cual luego hablaremos en profundidad, y que realiza una narración del origen del pueblo mapuche.
No es por casualidad hemos escogido esta temática para ser representada en la fotografía de esta entrega, ya que en El año en que hablamos con el mar, tendremos una referencia que consideramos directa en un momento clave del libro.
Al tratarse de una práctica universalmente femenina dentro de su cultura, también agregamos una segunda imagen en donde podemos ver una mujer realizándolo. Aquí Montero también nos regala un discreto guiño que elevará la interpretación que podemos hacer de la lectura.

merkén
Hoy muy conocido también en nuestro país, este es un condimento típico y habitual de la comida chilena. Sin embargo su origen es mapuche y su nombre proviene del mapudungun (o mapuzungun) que es el nombre que recibe el lenguaje del pueblo mapuche. Una lengua milenaria que se ha transmitido en forma oral, de generación en generación, y que hoy está viviendo un proceso de revalorización en el ámbito de la cultura. En cuanto de Mapuche, Mapu significa Tierra y Che persona, Mapuzungun significa “el habla de la tierra”. Conocer esta lengua es una forma de entender la vida del pueblo, muy asociada a los tiempos de la naturaleza.
Merkén procede de la expresión medkeñ chadi (sal molida), pues en un principio era un aliño hecho a partir de sal triturada mezclada con ají. Su preparación está basada en un ají llamado cacho de cabra por su forma larga y puntiaguda.
Tiene fuertes cualidades expectorantes y ha sido utilizado durante años en la cicatrización de diferentes heridas, aliviando el dolor de las mismas, y realizando un proceso de cauterización. Sin embargo, insistimos de ninguna manera en colocar esta especia en una herida abierta ya que este tipo de prácticas eran realizadas en la antigüedad por pueblos que contaban con muchísimo más entendimiento del uso de esta especia como medicina.
Hoy preparado a base del ahumado y secado de diferentes tipos de ají, junto con cilantro y tostado con sal. Se utiliza en una diversidad de platos desde los más sencillos hasta los más finos. Esta delicia es un excelente adobo para todo tipo de carnes y también un interesante condimento para ensaladas. Cuando se cocina, aumenta su sabor picante hasta elevarlo a un ardor que podría muy bien asimilarse con el de la comida mexicana, por lo que desde Manjar recomendamos utilizarlo de manera medida.

temblor del cielo
vicente huidobro
el mito de trengtreng y Kaykayfilú
Comenzaremos desglosando la imagen de la postal donde hemos representado el encuentro entre los hermanos mellizos Jerónimo y Julian, los dos personajes principales de El año en que hablamos con el mar. Ambos vistiendo ropas opuestas, en referencia directa a una de las frases epígrafes del libro, y la que a nuestro parecer es el vértice argumental de toda la historia: una reinterpretación mundana del mito de TrenTren y Caicai vilu. Dos serpientes, una de tierra y una de mar que lucharon por defender sus territorios y se encuentran inmediatamente vinculadas a la creación del pueblo mapuche. Esta historia es verdaderamente interesantísima en muchos aspectos.
Inmediatamente podemos interpretarla como una historia génesis, ya que estos seres mitológicos habrían sido originariamente hijos de dos de las deidades más importantes, Peripillan y Antú, descendientes directos de los más poderosos Pillanes, los cuales son considerados por los mapuche como la representación de sus antepasados.
El hijo de Peripillan se convertiría en la serpiente Caicai, y sería enviada a cuidar de los mares, en cuanto al hijo de Antú, en TrenTren, a quien se le designó el cuidado de la tierra y sus seres, el fuego y los volcanes. Siendo así como estas dos culebras son usadas como un instrumento a través del cual también se cumple la voluntad de los antiguos espíritus mapuche.
Luego de un largo sueño, la serpiente de agua Caicai despierta, y al ver la falta de cuidado que el hombre había tenido con el mar durante su ausencia, decide generar grandes olas y diluvios para tragarse la tierra y hacer que todos sus habitantes acaben habitando las aguas. TrenTren por su parte, decide refugiar a los hombres en los cerros y montañas, y emprender una lucha con su propio hermano. Lucha que acabaría por ganar, ya que la tierra no fue tragada del todo por el agua, pero que también -y aquí es donde la cabeza explota- explicaría el escaso territorio ante las cordilleras de lo que hoy conocemos como la geografía de Chile.
Ambas serpientes cumplirían con el mismo designio de sus padres Pillanes, convirtiéndose eternamente en adversarias, asumiendo grandes luchas que hasta el día de hoy perduran. Asi es como el mito de Trentren y Caicai vilu, que se origina en la cosmovisión mapuche, aún a día de hoy se mantiene vivo, e incluso cumple una función indispensable en materia de supervivencia, ya que advierte al pueblo de Chile que habitan en territorio de estos seres, que pueden causar todo tipo de desastres naturales, como maremotos e inundaciones, erupciones volcánicas y terremotos.
A propósito del poema fragmento de Temblor del cielo, de la mano del reconocido escritor y poeta chileno, esta obra en prosa poética es considerada como una de las obras más controvertidas de Vicente Huidobro. Digamos que su lectura requiere de una distancia irónica, una visión oblicua, y que está sometida a lo que podríamos considerar un régimen diurno y nocturno de la imagen. Oscilando entre polos extremos. Presentando una visión del teísmo, y del antiteísmo en la que entre líneas, deja una postura clara: El arte moderno, en un mundo moderno, ha exasperado una visión caleidoscópica donde la indiferencia y el antiteísmo comportan una moral. El hombre actual siente el mundo desierto y despojado de la idea de Divinidad. Esto podría perfectamente extenderse a la diversificación espiritual, y el respeto que debería conferirse a las interpretaciones que diferentes sociedades han hecho del mito de la creación.
De la escritura en clave irónica que Huidobro lleva a cabo en su propio génesis, seleccionamos con un fragmento que realza los errores de los hombres, refuerza la noción de la naturaleza como un ente en sí misma, y nos aleja de una visión antropocéntrica, occidentalizada, y complemente laica del origen del mundo.

recorriendo chile
margot loyola
Compositora, folclorista, guitarrista, pianista recopiladora e investigadora de la música folclorica chilena. Lejos de ser meramente una intérprete de la canción popular, sus aportes en el ámbito de la investigación al carácter antropológico de la identidad musical chilena le han otorgado con los años el pseudónimo de “La maestra”. Loyola investigaba de manera rigurosa y activa el origen de los cantos y ritmos populares de su nación, vinculándolos con influencias de sus países vecinos, y adentrándose también en las influencias musicales precolombinas de la región.
Margot Loyola Es considerada junto a Gabriela Pizarro, y Violeta Parra, una de las folclorista esenciales y una relevante embajadora cultural chilena. De Violeta, a quien no quisimos acudir para no caer en quizás la figura más popular de la canción chilena, fue contemporánea, amiga, e incluso madrina de su hija menor.
Tenemos que imaginar que, casi con seguridad, en El año en que hablamos con el mar, el personaje de la MILENA, a pesar de ser argentina, luego de pasar tantos años en una isla de chile, y tocando la guitarra en celebraciones de todo tipo, debió haberse familiarizado con el repertorio de todas estas mujeres emblemáticas, y sin dudas “La maestra” llegó a forma parte importante de su repertorio.
Ya que dimos dos fotografías, y a pesar de ser la Milena el personaje que toca la guitarra en el libro, nos gustaría hacer también una mención especial a otro músico emblemático de la cultura chilena:
Lautaro Llempe, quien además de ser un músico mapuche poseedor de una voz arrabalera y montesina, y de una finura sonora digna de la lágrima, fue una conocidísima voz popular de Chile, que además contó con la particular de historia de luego de recorrer el mundo elegir volver a Chile para morir en su tierra natal. La música de Llempe no se encuentra en spotify, por lo que hemos incluido un link de youtube.
Con figuras como las de Victor Jara, Lautaro Llempe, Violeta Parra, Gabriela Pizarro, y por supuesto “La maestra” Margot Loyola, una vez más el país vecino de Chile nos demuestra que en materia de arte y cultura, son un referente indiscutido del mundo, cuyas obras provienen de un lugar tan sincero y emotivo, que sin perder su identidad, logran romper los límites geográficos para así conquistar el mundo entero.

ENTREVISTA A ANDRÉS MONTERO
tramadol
Grabada poco antes de la publicación de El año en que hablamos con el mar, en esta entrevista para un canal de youtube literario de Chile, Andrés Montero nos habla sobre sus procesos de escritura, sobre el rol de la narración oral y las influencias que estas prácticas han tenido en su forma de encarar la novela.
Nos pareció especialmente interesante escuchar el proceso creativo en la voz del autor. Además, hace uso del espacio para hablar sobre la tradición oral de Chile y el espacio que esta ocupa en la particularidad de la literatura de su país. Así como también aborda sus otras publicaciones y el proceso evolutivo que ha tenido como escritor y narrador oral con el paso de los años.
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