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el ruletista
Mircea Cărtărescu
El ruletista es una obra que, aunque corta, contiene una profundidad filosófica y existencial que la coloca entre las joyas de la literatura contemporánea. Quizás sea un término apropiado, ya que este relato “corta” como una cuchilla en la mente del lector, exponiendo preguntas esenciales sobre el destino, en un contexto en el que la racionalidad y la irracionalidad coexisten en equilibrio.
Por momentos sombría y cargada de una sensación casi asfixiante de fatalismo, El ruletista narra la historia de un hombre que, a través de la ruleta rusa, se enfrenta repetidamente a la muerte, haciendo de este peligroso juego una especie de obsesión nihilista y simbólica. El protagonista se convierte en una especie de figura trágica que, a cada disparo de la ruleta, desafía no solo su propia vida, sino también las leyes de la probabilidad y la lógica.
La historia está ambientada en la Rumanía del siglo XX, un país que, especialmente durante la era comunista y postcomunista, vivió momentos de gran tensión social, política y económica. La opresión política dejó una huella indeleble en la cultura rumana, una sensación de claustrofobia existencial que Cărtărescu explora en muchas de sus obras. La ruleta rusa, más que un simple juego mortal, se convierte en una metáfora poderosa de la vida bajo el régimen.

Con una prosa que combina lo lírico y lo oscuro, Cărtărescu construye un relato que no solo cuenta la historia de un hombre, sino también la exaltación de una sociedad corrompida que emprende una exploración universal del deseo de trascender el propio destino, de triunfar sobre la fatalidad, y encontrar algún sentido en la vida. En pocas páginas, logra crear una obra maestra que invita al lector a preguntarse sobre el poder que los demás ejercen sobre nuestras propias decisiones.
.El narrador, quien ve en el ruletista su última oportunidad de alcanzar la inmortalidad literaria, utiliza esta historia como una alegoría del enfrentamiento entre el hombre y su destino. Para él, contar la vida de este ruletista, alguien que se enfrentó repetidamente a la muerte y la engañó, es su forma de asomarse al abismo, de acercarse al enigma de su propia existencia.
Cărtărescu emplea un estilo narrativo que combina la precisión del realismo con lo onírico, lo surrealista, y lo metafísico. El ruletista es un espejo de grandes interrogantes que plantea un abismo de posibilidades, donde el lector se ve obligado a enfrentar la aleatoriedad de la vida.

Mircea Cărtărescu nació el 1 de junio de 1956 en Bucarest, Rumanía, en el seno de una familia de clase media durante un periodo de intensas transformaciones políticas en su país. Creció bajo el régimen comunista de Nicolae Ceaușescu, lo que marcó profundamente su visión del mundo y su escritura. Estudió en la Facultad de Letras de la Universidad de Bucarest, donde se formó en la tradición literaria rumana y mundial, y más tarde trabajó como profesor de literatura rumana en la misma universidad.
Su primera incursión en la literatura fue como poeta, con la publicación de Faruri, vitrine, fotografii (Luces, escaparates, fotografías) en 1980. Esta primera etapa de su carrera estuvo marcada por una poesía experimental, cercana al posmodernismo, que rompía con los moldes tradicionales de la literatura rumana de la época. Sin embargo, pronto volcó su obra hacia la prosa, donde encontró un medio más amplio para explorar sus inquietudes filosóficas y existenciales.
«Tras dos incursiones más en el mundo de la poesía, Cărtărescu publica su primer volumen de prosa titulado Visul (El sueño), en 1989, tan sólo dos meses antes del estallido de la revolución que acabó con la dictadura de Nicolae Ceausescu. Era precisamente «El Ruletista» —el cuento que aquí presentamos—, el que abría la serie de historias interrelacionadas que lo componían. Sin embargo, este relato no superó el control de la censura que lo consideró demasiado violento (el texto llegó incluso a pasar por las manos del presidente de la Unión de Escritores) y el autor se vio obligado a renunciar a él y a aceptar la mutilación de partes de los otros relatos.»
Fragmento del prólogo de la novela.
“La belleza de la literatura radica en que es al mismo tiempo una imagen del mundo y una imagen de sí misma. Puede admitir en su interior cualquier contenido con una sola condición: que vista un ropaje estético”, define el escritor rumano, en una hermosa nota sobre su obra, su historia y sus últimas publicaciones, que pueden leer completa aquí.

Tomada por el reconocido fotógrafo rumano Cosmin Bumbut, la pieza conocida como “Cigar Break” representa a simple vista un hombre trabajador descansando brevemente en las vías del tren, en cuanto fuma un cigarrillo.
Sin embargo, si quisiéramos relacionarla con El ruletista, sin lugar a dudas la nube de humo que envuelve su cabeza podría hacernos evocar la instancia desafortunada en que uno de los humildes participantes, frente a la necesidad de encontrar una mejoría económica, acabarían por participar en estas apuestas que atentaban contra su propia vida.
Cosmin Bumbut es un importante periodista conocido por su trabajo documental, donde ha explorado la vida dentro de las cárceles rumanas. La atmósfera de confinamiento y desesperanza en sus fotos puede alinearse con el concepto de la novela. Su fotografía consta de una fuerte crítica social a la idea de desigualdad y exclusión que sufren ciertos sectores de la sociedad.
Además, ha tenido la oportunidad de fotografiar al autor de El ruletista en más de una oportunidad. aquí dejamos una imagen retratada por Bambut del mismísimo Cărtărescu.

dudas
tristan tzara
Nacido como Samuel Rosenstock el 16 de abril de 1896 en Moinești, Rumanía, su vida estuvo marcada por el deseo de subvertir las convenciones culturales y políticas de su tiempo, algo que encontró su máxima expresión en el Dadaísmo, un movimiento que él mismo ayudó a gestar en Zúrich en 1916, en plena Primera Guerra Mundial.
El Dadaísmo fue una respuesta al caos de la guerra y a la desilusión con los valores burgueses que, según Tzara y sus contemporáneos, habían llevado al conflicto global. El arte dadaísta era intencionadamente irracional, absurdo y nihilista, cuestionando las nociones tradicionales de belleza, lógica y significado.
En el contexto del comunismo rumano bajo el liderazgo de Ceaușescu, los movimientos de vanguardia como el dadaísmo eran vistos como peligrosos o “decadentes” porque promovían la libertad creativa y se alejaban de las normas establecidas por el Estado. Por tanto, a pesar de que Tzara se había alineado con el comunismo en Francia, su legado dadaísta no encajaba bien en la Rumanía comunista.

El poema Dudas encapsula gran parte de esta filosofía. En él, Tzara juega con la deconstrucción del lenguaje, rompiendo el sentido convencional de las palabras para generar una experiencia caótica y profundamente desconcertante. La idea central de “duda” es abordada no como una incertidumbre que se resuelve, sino como una constante y esencial característica de la existencia humana. Aquí, Tzara explora el vacío y la contradicción inherentes al pensamiento, una lucha interna que nunca llega a su conclusión definitiva.
En El ruletista, el protagonista también pareciera desafiar las nociones tradicionales, principalmente en materia de seguridad y razón. Este se enfrenta a una vida marcada por la falta de sentido, donde las decisiones, las acciones y la propia existencia parecen estar a merced del azar o el caos. Ambos autores, aunque en épocas distintas, exploran la fragilidad de la condición humana a través del rechazo de las estructuras lógicas convencionales. El ruletista, como figura, puede verse como una prolongación del “anti-héroe” dadaísta, alguien que se enfrenta al caos sin esperanza de encontrar respuestas satisfactorias.
La obra de Tristan Tzara y su postura crítica frente a las estructuras de poder lo convierten en una figura cultural vista como parte de una tradición de resistencia. Tanto el dadaísmo, como la obra de Cărtărescu comparten un espíritu de desafío frente a las imposiciones ideológicas.

dumbala dumba
Taraf de Haïdouks
La comunidad gitana en Rumania sufrió discriminación y marginación bajo el régimen comunista, como lo hizo bajo muchos otros regímenes a lo largo de la historia. Los gitanos no encajaban en la imagen de una sociedad “productiva” y “unificada” que las unidades de poder convencionales buscaban proyectar. Sin embargo, aunque su cultura fue en muchos casos relegada a las periferias, el conjunto musical Taraf de Haïdouks sobrevivió este proceso de alineación, consagrándose como guardianes de esta tradición cultural.
La música gitana tiene una rica tradición de expresar tanto la fatalidad como la vitalidad a través de melodías rápidas y profundamente emotivas. Las canciones del álbum evocan un ambiente que, aunque aparentemente alegre, lleva consigo una intensidad cruda que bien podría resonar con la novela de Cărtărescu. Una mezcla de dolor, resiliencia y alegría, reflejando las dificultades de vivir bajo un régimen que reprimía a las minorías y desalentaba cualquier forma de diversidad cultural.

Taraf de Haïdouks se convirtió en un símbolo del renacimiento cultural de Rumania y de la capacidad de las tradiciones para sobrevivir incluso las épocas más opresivas.
El nombre de la banda, hace referencia a los Haiduci, conocidos como bandidos o forajidos que habitaban el territorio de los Balcanes, a menudo vistos como rebeldes que luchaban contra la injusticia y la opresión, incluido el dominio otomano en su momento y, más tarde, otras formas de poder estatal.
Durante el régimen comunista, el Estado intentaba eliminar o controlar cualquier forma de rebeldía, ya fuera política o cultural. El legado de los Haiduci, representado en el espíritu de la música de Taraf, simboliza la resistencia a esa opresión. Los miembros de la banda son, en cierto modo, herederos de ese espíritu rebelde, manteniendo una identidad cultural que sobrevivió a pesar del intento de homogenización del régimen dictatorial.

nostalgia
Andréi Tarkovski
Obra maestra del cine dirigida por el director soviético Andrei Tarkovsky en 1979. Es una meditación poética sobre la naturaleza del deseo humano, la fe, y el peso del pasado. La película sigue a un escritor y a un científico que, bajo la guía de un hombre llamado Stalker, se adentran en “La Zona”, un lugar misterioso y prohibido donde se dice que los deseos más profundos pueden hacerse realidad. A medida que avanzan en su viaje, se cuestionan sus propias motivaciones y creencias, mientras enfrentan la incertidumbre de lo que encontrarán al final de su camino.
En Nostalgia, Tarkovsky explora la alienación y la búsqueda de la redención, algo que resuena con la obra de Mircea Cărtărescu. En el libro, la noción del destino y la necesidad de confrontar la incertidumbre son centrales. Ambos trabajos juegan con la idea de que la vida es un viaje en el que la verdad y el significado son siempre elusivos, y donde el ser humano se enfrenta a fuerzas que no puede controlar ni comprender completamente.
Ambos autores, cada uno en su propio medio, crean experiencias profundamente introspectivas y existencialistas. En El ruletista, la ruleta rusa simboliza el enfrentamiento del individuo con el vacío y el azar; en Nostalgia, “La Zona” actúa como un espejo del alma humana, un espacio donde las proyecciones personales se enfrentan a su propia irrelevancia.
El ruletista es el primero de cinco relatos que componen el libro Nostalgia de Mircea Cărtărescu, nombrado en homenaje a la película. La censura del régimen comunista de Nicolae Ceaușescu había prohibido este relato en la primera edición del libro, y no fue hasta después de la caída del régimen que pudo ver la luz sin las mutilaciones que sufrió. En 2010, se publicó de manera independiente en español, alcanzando mayor reconocimiento por su capacidad de impactar con su nivel de profundidad en la brevedad de su trama.

ajedrea
Esta especia nativa de las regiones templadas y cálidas del mediterráneo, forma parte de las hierbas provenzales. Por su buena combinación con el Hinojo, y las capacidades de ajustar su sabor ligeramente dulce y anisado, se utiliza especialmente en la cocina tradicional de Transilvania, añadiendo aromas especiales a los platos de carne y productos horneados.
Es una planta perenne nativa de las regiones templadas y cálidas del Mediterráneo, es un pequeño arbusto semileñoso que puede alcanzar los 40 cm de altura, con hojas verdes, opuestas, oval-lanceoladas. Las flores son pequeñas y de color blanco.
Debido a a su aroma y a sus propiedades digestivas, tiene múltiples aplicaciones en la cocina. Puede utilizarse tanto fresca como seca. Cuando se utiliza fresca, presenta un sabor muy intenso por lo que se recomienda moderar su uso. Al cocinarla suaviza bastante su sabor. De todos modos se recomienda usarla en cantidades limitadas para que no enmascare otros sabores.
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