El grito
Florencia Abbate
El estallido social, político, económico y humano que padeció la Argentina a fines del 2001 tuvo como subproducto psicológico una sociedad nerviosa y crispada.
La catarsis a cualquier precio fue su consecuencia más natural y se escuchó al clamor popular manifestarse al unísono en un grito de desahogo. Los padecimientos no solo fueron colectivos, sino también personales, y la resonancia individual de esta época convulsa pudo encontrar su terapéutica más efectiva en aturdir con bronca y hastío una realidad que parecía amenazante.
El nudo emocional de dos generaciones, en cuatro relatos viscerales, son el resultado del desahogo narrativo atravesado por cada uno de los personajes. Escarbar en el interior y remover el pasado es la manera que encuentran para interrogar el presente y tener esperanza en el futuro. Cuatro biografías que implosionan juntas y leemos su desesperación como si fueran la expresión compartida de un único grito de angustia.
“Marat-Sade”, “Luxemburgo”, “Warhol” y “Nietzsche” titulan cada uno de los capítulos, y además, son los señuelos culturales que articulan la catarsis discursiva en las cuatro narraciones. Nombres propios que proyectan su sombra sobre todo el libro y lejos de ser un reflejo muerto de pasiones muy vivas, son un inquietante espejo que los nervios de la vida parten en mil pedazos.