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desde el jardín
jerzy kosinski
Mr. Chance, de mediana edad, tranquilo y de carácter circunspecto, ocupó toda su vida en el cuidado del jardín a cambio de un cuarto, comida y un aparato de televisión. Nunca salió al exterior y, según recuerda, nunca vivió en otro sitio. Inesperadamente, muere el dueño de la casa, y sus albaceas le informan que no figura en ninguno de sus registros. Sin entender muy bien, lo hacen abandonar el cuarto donde siempre vivió, arrojándolo a una realidad que solo conocía por televisión y para la que, acaso, pareciera no estar debidamente preparado.
Esta circunstancia tan especial, la ingenuidad de un personaje que apenas interactuó con la vida exterior, más la vocación de una clase social que solo prefiere relacionarse con personalidades de su conveniencia, harán que la simpleza de Chance sea para todos un significante vacío que cada uno cargará de sentido según su propia necesidad.
En clave sarcástica, se trata de un libro que narra tópicos tan abstractos y académicos como las relaciones de poder y las construcciones de sentido, así como tópicos tan concretos y reales como la precarización laboral y las limitaciones de quien no sabe leer ni escribir y siempre vivió en cautiverio. Un gran reflejo de la sencillez humana y la estupidez social.
Se publicó por primera vez en 1971. En 1979 fue llevada al cine por Hal Ashby y protagonizada por Peter Sellers, en una de sus últimas apariciones. Según cuenta Kosinksi, el actor mismo se comunicó directamente con él para expresarle el fuerte deseo de interpretar a Chance. Desde este link es posible visualizar la película completa subtitulada al español.

Hijo de padres rusos, nació en Lodz, Polonia en 1933 en seno de una familia de origen Judío. Pudo sobrevivir al holocausto y la segunda guerra mundial, ocultándose entre campesinos con una identidad falsa. Lamentablemente, la mayoría de su familia no tuvo la misma suerte.
Luego de doctorarse en sociología, emigra a Estados Unidos en 1957 y estudia ciencias políticas en diferentes universidades. Ejerció como profesor en Yale, Princeton, Davenport y Wesleyan y en 1973 llegó a ser presidente de la sección americana del PEN club (Asociación de escritores de todo el mundo)
Fue un personaje público, carismático y también polémico; llegaron a acusarlo de plagio y algunos de sus libros -incluido Desde el Jardin– no evitaron la controversia. A pesar de ello, fue un escritor mundialmente aclamado.
Su esposa lo encontró muerto en su piso de Nueva York en 1991. Estaba acostado en la bañera y con una bolsa de plástico en la cabeza. Se suicidó a la 57 años, y según una nota que dejó, no pudo superar una aguda depresión.
Autor de: El pájaro pintado (1965), Pasos (1969), El árbol del diablo (1973), Cockpit (1975), El juego de la pasión (1979), Pinball (1982) y El ermitaño de la calle 69 (1988).

lee friedlander
Nació en Aberdeen, Washington en 1934 y ya en la adolescencia dio sus primeros pasos como fotógrafo. Estudió en el Art center school of Design de los ángeles, pero su formación no terminó de seducirlo y prefirió continuar aprendiendo en las clases del pintor y fotógrafo Alexander Kaminski, que luego sería su mentor y amigo. Ya establecido en Nueva York, en los años ’50 realizó portadas de discos de Jazz para atlantic records como retratos de los músicos en su esfera privada.
En 1964 expondría en el MoMA en el marco de la obra colectiva The Photographer´s Eye y se autodefinirá como un artista del paisaje social americano. Sin interesarle demasiado lo meramente colectivo, enfocó su atención en habitaciones, rostros, reflejos, vidrieras y moteles. Además de sus propios autorretratos, y su singular forma de encuadrarlos, fue pionero en incluirse directa o indirectamente dentro de las fotos.
Con 88 años, es uno de los fundamentales de la fotografía contemporánea y es reconocido en todo el mundo por su obra tremendamente personal e innovadora. Podrán visualizar más fotos desde el siguiente link.

Rosa Mosqueta
Conocida por su intenso sabor en la cocina, sus frutos son utilizados comúnmente para la elaboración de dulces -quizás el más delicioso de todos- así como también para la preparación de sopas, cremas, y masas.
En estás cantidades, recomendamos utilizarlo en forma de té, y deleitarse del sabor un tanto ácido y un tanto dulzón característico de esta planta. Su ingesta tiene propiedades depurativas y antinflamatorias, ayudando al sistema a sentirse más relajado, potenciando el funcionamiento del sistema cardiorrespiratorio.
Sin lugar a duda, está planta alcanza su mayor popularidad debido al uso de Aceite de Rosa Mosqueta, un bien altamente codiciado por la industria farmacéutica -también conocido como tesoro líquido- debido a sus grandes propiedades en el cuidado y la regeneración de la piel. Su utilización ayuda al tratamiento de cicatrices, a la hidratación de la piel, al cuidado contra el acné, y emparejamiento del tono cutáneo.
Los beneficios de la utilización del aceite de rosa mosqueta datan de hace miles de años, habiendo sido utilizada por civilizaciones como los Mayas, y los Egipcios, era popularmente considerada un tónico rejuvenecedor de propiedades milagrosas.
Esta planta robusta que crece en forma de arbusto, de tallos finos y dobladizos, repleta de espinas y colmada de flores blancas y rosas, ha crecido de forma silvestre a lo largo de todo el mundo. Sin embargo, se cree que al territorio sudamericano fue traída durante la época de la conquista conquista. Hoy es cultivada a ambos lados de la cordillera en las regiones centro y sur de Argentina y Chile.

homenaje a juan l. Ortiz
Nació en Puerto Ruiz en 1897, en una pequeña población portuaria cercana a la desembocadura del río Gualeguay. A los 3 años, su familia se mudó a Villaguay y será allí donde vivirá su infancia y anidarán sus primeros recuerdos. Esta etapa marcó su sensitiva personalidad y su producción poética futura. Aun habiendo gestado su obra fuera de los márgenes de la centralidad, fue una referencia para muchos poetas contemporáneos.
Lector devoto y traductor, sobre todo de poetas y filósofos chinos. A pesar de haber traducido a muchos poetas europeos, se sentía más próximo a los modos orientales y en particular con Li Po de quien se sentía especialmente cercano. Sin contar una experiencia juvenil de viajar como polizonte a Francia (fue deportado en Marsella, tan pronto fue descubierto), viajó una vez sola al exterior, y fue a China, invitado por su propia embajada.
La poesía de Juanele se caracteriza por una carencia en formas estéticas tradicionales, escapando de las métricas ortodoxas. Dotada de una extraña -aunque inequívocamente presente- musicalidad en su entonación.

Se le ha atribuido a su forma de escribir el género de Elegía, que cuenta con la particularidad de ser una poesía del “lamento”, en donde se acostumbre entablar el discurso poético desde una posición de anhelar aquello que se ha perdido.
Sin embargo, y por el contrario, uno parecería poder encontrar al leer sus poemas, además de una inexorable voluntad de vivir, una dedicación inmensa a la búsqueda de la felicidad reflejada en la simpleza, y una apreciación del mundo enfocada en la belleza de los detalles.
El río, los animales y el paisaje conmovieron su sensibilidad de poeta, así también el rigor bélico-social de un siglo XX convulso con poemas que celebran la revolución rusa, la liberación de París en la segunda guerra y denuncian el asesinato de García Lorca y los horrores nazis.
Nunca lo sedujo Buenos aires, a pesar de haber vivido algunos años, sus libros no llegaron a ser fuertemente difundidos. Sólo amigos y familiares llegaron a ser sus primeros lectores hasta que en 1976, la editorial Vigil de Rosario, reunió todos sus trabajos bajo el título “En el aura del Sauce”. Desde ese entonces, su obra ha sido todo un emblema y no ha parado de reeditarse y leerse. Según Juan José Saer, fue el más grande poeta argentino del siglo XX.
Desde el siguiente link es posible descargar o visualizar en PDF un dossier que el DIARIO DE POESÍA le dedicó en su primer número de junio de 1986 y en este otro link el dossier que le dedicó la revista XUL en octubre de 1997 (Fuente: ahira.com.ar).

6 de copas
edgardo cardozo
Resulta difícil colocar en palabras qué es aquello que evoca la música de Edgardo Cardozo.
De una enorme sensibilidad, sus composiciones danzan libremente en una ensoñada expresividad natural. Dotada de una voz sincera y relajada, de timbre dulce y lírica alegre, pero sin escapar de una alta versatilidad técnica y ejecución del instrumento.
6 de copas es un disco solista, solo, solísimo, ya se que se encuentra grabado pura y exclusivamente por el mismo Cardozo interpretando la guitarra y la voz, sin ninguna sobre grabación de ningún instrumento ni arreglo posterior.
Si se tiene la posibilidad de asistir a una de sus presentaciones en vivo -experiencia altamente recomendada- podremos apreciar la magnitud de semejante ejecución siendo emitida por un único individuo.

Este disco tiene la particularidad de contar con 3 poemas de Juan L Ortiz dentro de sus letras, apenas las pocas que no fueron escritas por el mismo Cardozo. Poeta a quien anteriormente le ha atribuido una gran influencia y dedicado parte de su obra.
Entre ellos “Muchacha de ojos de flores” que abre el disco, se trata de la musicalización del poema de Ortiz:
“EL AGUARIBAY FLORECIDO”
Es un enorme placer compartir una pequeña porción de la música de este cantautor, guitarrista y compositor argentino, que anteriormente habíase desempeñado como guitarrista del grupo plurigénero de raíz folklórica Puente Celeste, junto a grandes nombres como Marcelo Moguilevsky, Santiago Vázquez, Lucas Nikotián, Luciano Dyzenchauz, además de haber lanzado el disco “Amigo” en compañía de otra gran figura como lo es Juan Quintero.

juan l ortiz
MArilyn contardi
La directora de Nació en 1936 en Zenón Pereyra, provincia de Santa fe. Se formó en el instituto de cinematografía de la universidad nacional del litoral, donde fue discípula, y luego amiga, de Juan José Saer y Hugo Gola. Filmó una veintena de documentales, cortos y mediometrajes y su estilo fue emparentado con el de Agnes Varda por algunos críticos. Además, publicó 4 libros de poemas.
Se exilió en Francia durante la última dictadura militar y a su regreso se instaló en Colastiné, el mítico pueblo saeriano presente en muchos de sus relatos.
Según Jorge Monteleone, integra la constelación de escritores y poetas del litoral regida por la figura etérea y omnipresente de Juan L. Ortiz. En 1994 le dedicó este documental en homenaje a su legado.
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