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Un oceano, dos mares, tres continentes

Un océano, dos mares, tres continentes

wilfried n'sondé

En Un océano, dos mares, tres continentes, Wilfried N’Sondé recupera la figura histórica de Dom Antonio Manuel, un sacerdote del Reino del Kongo enviado como embajador al Vaticano a principios del siglo XVII. A través de una narración en primera persona, lírica y dolorosa, la novela recorre el viaje físico y espiritual de este hombre negro, nacido libre pero capturado y esclavizado en su tránsito hacia Europa. Con una voz poderosa que trasciende siglos, el protagonista reflexiona sobre la violencia colonial, la conversión forzada, la pérdida de la comunidad y la contradicción de predicar el amor cristiano desde el corazón de un mundo sostenido por la esclavitud. La prosa de N’Sondé mezcla lo testimonial y lo poético, entretejiendo mitología ancestral, crítica política y contemplación mística.

Lejos de construir una novela histórica convencional, N’Sondé nos entrega una elegía política y espiritual que interpela al presente. La historia de Dom Antonio Manuel no es sólo la de un individuo excepcional, sino también la de millones de vidas arrancadas y dispersadas por el comercio trasatlántico. Desde la infancia en un Kongo todavía armonioso hasta la degradación del cuerpo en las bodegas de los barcos, la novela es un grito ahogado -pero lúcido- que revela la dignidad persistente de los vencidos. Con extraordinaria sensibilidad, el libro desafía las representaciones eurocéntricas del humanismo y se afirma como una obra de resistencia, memoria y justicia.

Wildfred

Wilfried N’Sondé (Brazzaville, 1968) es un escritor y músico franco-congoleño. Nacido en la República del Congo y criado en París, estudió ciencias políticas en la Sorbona y vivió varios años en Berlín, donde se dedicó a la música antes de volcarse a la escritura.

Su obra literaria aborda temas como la migración, la identidad afrodescendiente, la memoria colonial y el desarraigo. En 2007 publicó su primera novela, El corazón de los niños leopardo, que recibió el prestigioso Premio de los Cinco Continentes de la Francofonía. Un océano, dos mares, tres continentes (2018) consolidó su reputación como una de las voces más lúcidas y comprometidas de la literatura francófona contemporánea.

Su estilo combina lirismo, política y exploración espiritual, en relatos que interrogan el lugar de África en la historia global.

el nigrita

Esta escultura barroca representa a Dom Antonio Manuel, también conocido como el Nigrita, sacerdote y diplomático del Reino del Kongo enviado como embajador al Vaticano en 1604. La obra, realizada en mármol policromado, se encuentra en la Basílica de Santa Maria Maggiore en Roma. Fue encargada por el papa Paulo V tras la muerte de Dom Antonio Manuel en 1608, poco después de su arribo a la ciudad. Se trata de uno de los pocos retratos oficiales que conserva la Iglesia Católica de un africano negro del siglo XVII. La figura combina elementos realistas (como la textura del cabello o la expresión del rostro) con detalles decorativos que responden a la visión europea del “otro”, como el carcaj de flechas cruzado al pecho, que refuerza un exotismo visual.

La novela Un océano, dos mares, tres continentes de Wilfried N’Sondé toma esta figura histórica y la ficcionaliza desde la primera persona, dándole voz a una vida silenciada por siglos. A partir de esta escultura —y de los pocos documentos históricos disponibles—, el autor reconstruye no solo un itinerario personal, sino también la complejidad del mundo africano precolonial, los efectos de la trata esclavista y la tensión entre fe cristiana y violencia imperial. El busto, que en el Vaticano funciona como símbolo de integración y exotismo, es recontextualizado por la novela como el rastro visible de una historia mucho más profunda, marcada por la dignidad, el desarraigo y la ambivalencia de representar a su pueblo ante una institución que, en parte, legitimaba la opresión que ese mismo pueblo sufría.

las armas milagrosas

aimé césaire

Aimé Césaire (1913–2008) fue un poeta, ensayista y político martiniqueño, figura central del movimiento de la negritud, que promovió una revalorización radical de las identidades negras frente al colonialismo europeo. Formado en París, fue cofundador de la influyente revista L’Étudiant noir y autor del mítico Cahier d’un retour au pays natal (Cuaderno de un retorno al país natal), texto fundacional que combina poesía, memoria, política y experiencia colonial. Césaire desarrolló una escritura de alta densidad lírica, marcada por el surrealismo, la oralidad africana y una feroz conciencia histórica. Su obra fue clave para generaciones posteriores de escritores africanos y caribeños que buscaban romper con la subordinación cultural impuesta por Europa.

El poema citado entra en resonancia directa con Un océano, dos mares, tres continentes. Ambos textos construyen una poética del desarraigo y del cuerpo negro atravesado por las violencias del imperio y la historia. Césaire habla de “los transatlánticos del silencio” y de un “mar piadosísimo” que guarda memorias borradas por la violencia colonial, tal como el mar en N’Sondé arrastra al protagonista hacia Roma y lo convierte en testigo silenciado. La “canción de cuna congolesa que la soldadesca me ha hecho olvidar” puede leerse como eco del trauma que atraviesa a Dom Antonio Manuel, cuya misión diplomática se ve atravesada por la esclavitud, el despojo y la pérdida espiritual. Ambos autores, desde registros diferentes, rehacen el mapa del Atlántico no como vía de conexión entre mundos, sino como herida abierta donde el lenguaje poético intenta restituir lo arrancado.

El fragmento poético citado pertenece al libro Les Armes miraculeuses (Las armas milagrosas), publicado en 1946. En este volumen, Aimé Césaire profundiza su experimentación formal y su crítica radical al colonialismo, mediante una poesía densa, rítmica y visionaria que mezcla violencia histórica y lucidez metafísica.

ship ahoy

the o'jays

Ship Ahoy (“Barco a la vista” en español), séptimo álbum de estudio de The O’Jays, se publicó el 10 de noviembre de 1973 en Philadelphia International Records. Fue grabado en Sigma Sound Studios de Filadelfia. Concebido como un álbum conceptual, su canción principal recrea la travesía de la Ruta Media (The middle passage) del comercio transatlántico de esclavos mediante efectos sonoros (cadenas, olas, latigazos), integrados al soul característico de la banda.

Como en “Un océano…”, donde Dom Antonio Manuel rememora el origen de la esclavitud en el Reino del Kongo —la firma en julio de 1509 del primer contrato que vendió un millar de sus esclavos al rey de Portugal— y describe el horror de la travesía en galeón, donde “seres humanos encadenados” sufrieron enfermedades, violencia sistemática y muerte en las bodegas del navío. La canción “Ship Ahoy” abre con el crujir de las cadenas y el murmullo de los lamentos, representando el sufrimiento de hombres y mujeres prácticamente sepultados vivos en la ruta que separa África de América, subrayando que aquel viaje no fue un simple trayecto marítimo, sino una condena colectiva por mucho tiempo sumergida en silencio y el olvido.

Por su parte, el diseño de portada representa a los miembros de la banda en la bodega de un barco negrero y refuerza el enfoque pedagógico y reivindicativo de la experiencia de los cautivos. Mientras que en la contraportada (puede verse aquí) vemos un navío de porte majestuoso, pero cuyo reflejo sobre el agua no es más que el sufrimiento humano de los esclavos hacinados que esconde dentro.

la misión

roland joffe

La Misión, dirigida por Roland Joffé y estrenada en 1986, es un drama histórico que aborda la compleja relación entre la iglesia, el colonialismo y la esclavitud en Sudamérica. Escrita por Robert Bolt, la película narra la historia de Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), un traficante de esclavos que, tras asesinar a su propio hermano en un arrebato de codicia, busca redención al unirse al padre Gabriel (Jeremy Irons) en la fundación de una misión jesuítica entre los guaraníes. Rodada en locaciones naturales de la selva subtropical, la cinta obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes y el Óscar a la Mejor Cinematografía en 1987, realzada por la inolvidable banda sonora de Ennio Morricone, que fusiona ritmos indígenas y coros sacros para subrayar la tensión moral de sus protagonistas.


La conexión con Un océano, dos mares, tres continentes surge en su énfasis compartido en la memoria histórica de la esclavitud y el poder de la fe como respuesta al horror. En la novela de Wilfried N’Sondé, el busto parlante de Dom Antonio Manuel rescata la voz de los primeros cautivos del Reino del Kongo, clamando justicia divina desde la bodega del galeón donde fueron vendidos como mercancía. De modo análogo, el viaje interior de Mendoza -de traficante arrepentido a protector de los indígenas- ejemplifica la expiación activa frente a la violencia colonial, un acto de reparación que resuena con la “voz portadora de amor y esperanza” que N’Sondé atribuye a sus personajes en lucha contra el olvido

clavo de olor

El clavo de olor es una especia originaria del sudeste asiático, especialmente de las Islas Molucas (Indonesia). Desde el siglo XVI fue altamente valorado en Europa por su aroma intenso y sus usos medicinales, culinarios y ceremoniales. Con el avance del comercio colonial, su cultivo se expandió a regiones como Zanzíbar, en África oriental, donde fue producido en plantaciones mediante trabajo esclavo. En ese contexto, el clavo no solo representaba una mercancía de lujo, sino que también formaba parte de las redes económicas que incluían la trata de personas africanas. 

En el libro Un océano, dos mares, tres continentes, el clavo de olor puede relacionarse con los temas centrales del relato: la esclavitud, el viaje forzado y la memoria histórica. Aunque la especia no se menciona de forma explícita, su asociación sensorial y cultural resulta pertinente. Además, en la tradición espiritual del Kongo, existe la figura del nkisi nkondi, una escultura humanoide “activada” con clavos o púas metálicas, utilizada para sellar pactos, hacer justicia o convocar fuerzas invisibles. Esta imagen puede funcionar como un paralelo simbólico: así como el nkisi se activa con clavos para invocar memoria y poder ancestral, el clavo de olor —y por extensión, la novela— penetra la historia desde lo sensorial para revelar las marcas profundas del sometimiento y la resistencia africana. Ambos elementos nos devuelven la idea de que lo aparentemente pequeño puede contener una gran carga espiritual, histórica y política.

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